En el sector minero-energético hay dos objetivos que se persiguen de forma incansable: elevar los estándares de seguridad de los trabajadores y reducir los costos al mínimo. 

Una innovadora forma de avanzar en ese anhelado camino ha sido propuesta por un egresado de SENATI que, empleando la tecnología de los drones, ha encontrado una forma de realizar inspecciones visuales y termo gráficas a gran altura sin necesidad de trasladar grúas, elevadores, ni de poner en riesgo la vida e integridad de los inspectores.

Edison Gonzáles, egresado de Técnicas en Ingeniería de Mecánica de Mantenimiento es un especialista en inspecciones y ensayos no destructivos que en base a su experiencia y al apoyo que recibió de la empresa en la que se desempeña, Specproc Group, y del programa Innóvate Perú, propuso la implementación de una cámara de precisión y de una termográfica en un dron hexacóptero de gran capacidad, con el cual se pueda realizar evaluaciones en estructuras de gran altura, como las líneas de transmisión y los generadores eólicos.

El senatino comenta que las inspecciones tradicionales requieren el traslado e instalación de andamios, grúas, elevadores o del equipo que sea necesario para que el personal pueda llegar hasta el punto que debe ser revisado y eso, anota, representa una enorme porción de los costos de la operación.

A eso se suma el riesgo que representa para los inspectores exponerse a posibles cortos circuitos, que pueden generar un calor extremo y la posibilidad de una explosión, ubicados a varios metros de altura. Pero con el dron la supervisión se hace de forma remota sin que esto impacte en la precisión. La cámara de alta resolución permite identificar cualquier problema o desperfecto que sea visible, mientras la termográfica identifica si hay una fuente de calor anormal y peligrosa.

“Con el dron no se requiere hacer paralizaciones ni cortes de suministro en la operación del cliente”, acota Gonzales, quien es instructor e inspector de CICB (Cranes Inspection and Certification Bureau) Latinoamérica de Specproc Group.

La implementación del proyecto se produjo en los últimos meses del 2017 y a mediados de diciembre se realizaron evaluaciones para constatar si lo planteado en el papel era cierto en la realidad.

LAS PRUEBAS

El dron fue sometido a dos pruebas a diferentes niveles de altura para verificar su desempeño en las inspecciones y los resultados han sido auspiciosos: la primera se realizó en el distrito de San Miguel donde se midieron elementos que estuvieron a 15 y 20 metros de altura, y se pudo comprobar un comportamiento de vuelo ideal que no tuvo problema alguno. 

La segunda prueba fue en Ticlio, a una altura de 4,818 metros sobre el nivel del mar, y se ratificó el buen funcionamiento de vuelo pero la fuerza de los vientos restó precisión a los movimientos y la presión de la altura exigió una mayor cantidad de energía que incidió en la autonomía (tiempo de vuelo). En base a los resultados obtenidos se han elaborado recomendaciones para optimizar el funcionamiento del equipo.

“Queremos que esta tecnología funcione sin problemas y que se mejora la autonomía”, concluye Edison Gonzales.