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Tradicionalmente, SENATI se ha caracterizado por diseñar carreras técnicas vinculadas al manejo de maquinaria, como la metalmecánica, la soldadura y la mecánica de mantenimiento, pero en 1991 se sembró la idea de lanzar una carrera orientada a labores administrativas y de gestión, lo que generó sorpresa y mucha expectativa en su momento. 

El proyecto fue planteado por la Cooperación Alemana para el Desarrollo GIZ en el Perú que buscaba instaurar la Escuela de Administración Industrial en una casa de estudios dedicada a formar técnicos. La alemana Bárbara Horvay, quien formó parte de la GIZ, recuerda que fue difícil convencer a las autoridades y empresarios sobre la conveniencia de crear esa especialidad. 

“Se tuvo que conversar y discutir con la Dirección de SENATI, con el Ministerio de Educación, con el Ministerio de Trabajo y con todo el mundo para obtener la aprobación”, comenta Horvay, al cumplirse 25 años de la creación de la escuela. 

El proyecto apuntaba a involucrar aspectos transversales y críticos que tienen todas las corporaciones y que no es cubierta por una formación tradicional de administración: integrar la administración con tareas logísticas y de producción. 

No más de 50 alumnos tuvo la carrera de Administración Industrial cuando fue lanzada al mercado, en 1992. Al año siguiente, recuerda Horvay, la cantidad se duplicó y esa tendencia se mantuvo. Hacia el quinto año de trabajo, había 500 estudiantes y fue entonces que la dirección de la Escuela íntegramente fue conducida por SENATI. Esa espiral de crecimiento se aceleró y ha mantenido la velocidad hasta estos días.

Actualmente la Escuela de Administración Industrial tiene a nivel nacional cerca de 11 mil alumnos, 1800 de ellos estudian en la sede principal, en el distrito de Independencia, donde se han implementado cuatro laboratorios y 25 aulas para esta especialidad. 

Job Chanavá Contreras es el Jefe de la Escuela de Administración Industrial de la Dirección Zonal Lima-Callao y destaca que la carrera, además de crecer en alumnado y prestigio, ha ido evolucionando y “afinando” su malla curricular, orientándola a tres áreas de la industria: la logística, la producción y la administración, que son ámbitos transversales y críticos en todas las empresas, sin importar su giro.

Precisamente, comenta Chanavá, el 30% de los egresados de la carrera termina desempeñándose en las áreas y gerencias de logística de diversas empresas, como asistentes con proyección a ser supervisores e incluso, según Horvay, algunos llegan a ser los gerentes y encargados de dicha área en empresas medianas y pequeñas.

En nivel de empleabilidad de los egresados de Administración Industrial es alto teniendo en cuenta que nueve de cada diez estudiantes de los 260 que culminan su formación son inmediatamente empleados. La mayoría de ellos cuenta con el apoyo de grandes empresas como Pepsico, P&G, Kimberly Clark y Ferreycorp, pero cuando se lanzó la carrera fue necesario tocar puertas buscando promotores para los estudiantes, recuerda Horvay. 

El crecimiento alcanzado en un cuarto de siglo por la Escuela de Administración Industrial la ha apuntalado como una de las carreras más sólidas de SENATI y demuestra que aquella osada propuesta de la Agencia de la GIZ en el Perú, que fue respaldada por los directivos de la institución, ha sido un éxito y un ejemplo de la adaptación de los centros tecnológicos a la demanda presente y futura de la industria.

“Buscamos ampliar la perspectiva de los estudiantes para que eliminen procesos y cosas que no aportan valor a la empresa”, señala Chanavá al destacar el enfoque a la “mejora continua” que tiene la carrera.

La formación de los profesionales de esta especialidad se basa en “el aprender haciendo” gracias a la Formación Dual y a sus acuerdos con grandes empresas de distintos rubros. 

Desde el segundo semestre, los alumnos llevan cursos “de carrera”, como Administración de empresas, Organización y Dirección y Logística; esos conocimientos se van perfeccionando a lo largo de la carrera con los cursos de Mejora Continua Mantenimiento Industrial, Gestión de la Calidad, Manufactura Esbelta, entre otros, y se plasman en el Proyectos de Mejora que elaboran en el último semestre para obtener su título profesional.

“El egresado de la carrera es capaz de adaptarse a los sistemas de gestión de las empresas que lideran los diferentes sectores, de acuerdo a las exigencias del mercado”, destaca Chanavá, quien tiene tres años como el responsable de la Escuela.

Horvay señala que el siguiente reto en la Escuela es el de insertarse con fuerza a la “era digital”. “Hay que incluir más el trabajo con los medios digitales y alcanzar costos que permitan a más gente acceder a esa formación de nivel; esa fue la idea primigenia de la escuela: permitir que jóvenes de escasos recursos encuentre en SENATI la oportunidad de tener una educación de calidad”, comenta.

En la sede de Independencia, la más grande que tiene SENATI, la capacidad para formar a los estudiantes de la carrera está casi al tope y esta situación se repite en las zonales más importantes del país. Todas las proyecciones muestran que Administración Industrial seguirá creciendo y demandando aulas y laboratorios. En sus primeros 25 años, los resultados obtenidos han sido formidables, la visión apunta a seguir cosechando éxitos de forma permanente. 

 

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