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Dentro de la gama de carreras que ofrece SENATI a nivel nacional, las de soldadura gozan de alta demanda y preferencia por postulantes que son conscientes del déficit de expertos y de los atractivos salarios que hay en ese campo.

La formación del soldador de estos días dista mucho de la que se impartía hace una década y es que ahora el nivel de complejidad y exigencia es superior. Los soldadores deben cumplir con los estándares de certificaciones internacionales, como el sello de la Sociedad Americana de Soldadura (AWS), por mencionar un ejemplo, así como superar estrictas supervisiones que tienen por finalidad garantizar un trabajo de calidad. 

La potencial falla de alguna soldadura en una estructura metálica, un tanque de acero, una cobertura de metal o cualquier tipo de producto no sólo acarrearía pérdidas económicas sino también accidentes de gravedad. 

Por eso es fundamental que el conocimiento teórico y el práctico de los soldadores vayan de la mano y estén ceñidos a la excelencia. SENATI, con la larga trayectoria que tiene con sus carreras de soldadura, ha consolidado una formación de primer nivel que se ve fortalecida con sus diversos convenios internacionales y con la formación dual, que adoptó del modelo industrial alemán.

Es así que en octubre pasado se realizó la visita del francés Dominique Fournier, quien suma más de 32 años de experiencia en el mundo de la soldadura, a las sedes de la zona norte, para realizar una serie de capacitaciones a instructores y alumnos senatinos.

En virtud del acuerdo con la asociación ECTI, que envía expertos sénior a realizar capacitaciones técnicas en todo el mundo, Fournier estuvo casi un mes en el país y brindó un total de diez charlas en las sedes de Talara, Sechura y Piura.

Hace dos años, el experto francés también estuvo en suelo peruano por encargo de ECTI y realizó capacitaciones en las sedes de Arequipa, Tacna e Ilo. 

En esta visita, Fournier no sólo explicó procedimientos y técnicas para hacer soldaduras más resistentes y confiables. También compartió su experiencia en el mundo industrial, brindó recomendaciones en aspectos de seguridad y productividad, y compartió la óptica que ahora se maneja en ese especializado rubro.

“Enseñé cómo hacer soldaduras y productos de alta calidad que generen confianza”, comentó el experto europeo y detalló que en este campo la buena reputación del personal o del contratista en soldadura es un elemento clave.

La supervisión de un eficiente trabajo de soldadura es otro factor de suma importancia, comentó Fournier. Con el uso de lupas y herramientas especiales, paciencia y mucha atención, el experto francés mostró a los instructores cómo identificar defectos en la soldadura y detalles que no se deben pasar por alto.

“Es indispensable hacer productos que garanticen la calidad de la soldadura y eso se refleja con una certificación que demanda mucho dinero y tiempo de las empresas. Cada empresa tiene estándares diferentes, pero todas se apoyan en procesos exigentes y rigurosos”, comentó el experto francés.

Fournier, cuya trayectoria se desarrolló en fábricas de motores y turbinas, explicó que el factor financiero es otro pilar en la formación de un soldador eficiente el cual se relaciona directamente con el logístico al momento de generar ahorros en la operación. 

El proceso de soldado demanda gases, equipos e insumos especiales y caros; su mal manejo y administración eleva los costos de forma innecesaria. Un soldador profesional sabe dosificar y sacar el máximo provecho a cada elemento con el que realiza su trabajo y esto tiene eco en los tiempos y costos del proyecto.

“Hay que hacer buenos trabajos a costos razonables y eso también lo puse en realce y dejé recomendaciones”, comentó Fournier quien ha visitado China en siete ocasiones como parte de su voluntariado en ECTI.

La soldadura es un universo amplio y diverso. No es lo mismo soldar una estructura metálica para un proyecto minero, que un tanque para el almacenamiento de petróleo, un ducto para transportar el gas a través de la cordillera de los Andes, el techo de un almacén de concentrados de cobre, el portón de una fábrica, la carrocería de un camión o las tribunas de un estadio de fútbol. De igual forma, hacer una soldadura es distinto en el calor de la costa norte que en al frío de la sierra central, que en la humedad de la capital o el peculiar clima de la selva. Un soldador profesional debe ser capaz de adaptarse y responder a todo tipo de proyecto y escenario.

Fournier, en base a lo que vio y conoció en esta última visita, señaló que en el norte se requiere la labor de soldadores expertos en ductos e infraestructura energética, como la que operan las petroleras afincadas en esa parte del país. También dijo que la reconstrucción traerá una fuerte ola de construcción de carreteras que requerirán barreras de protección metálicas, semáforos y demás elementos que demandarán soldaduras, fuera de la constante demanda para la reparación de vehículos pesados y ligeros, así como para proyectos metalmecánicos de todo tamaño.

“Hay que formar un buen soldador que conozca la resistencia de la estructura en la que va a trabajar y la concepción de la reparación”, destacó Fournier al resaltar el nivel de SENATI en esta especialidad.

“El soldador es el creador del material pero necesita conocer las estructuras entre diversas cosas. El futuro de las soldaduras es enorme, pero exige rigor y calidad”, concluyó el experto francés. 

 

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